In Memorian: los chicos del Ventana

Hace siete años, el 1º de septiembre de 2002, un grupo de alumnos de la Universidad del Comahue fue arrastrado por una avalancha en el Cerro Ventana, cerca de Bariloche: nueve de ellos murieron. Aquí, una breve semblanza de aquel suceso, el recuerdo de Esquí Patagonia y una carta abierta de Gabriel Albano.


Aunque está claro que para muchos no es así, hay un punto en que la sensación es que los hechos del Cerro Ventana en 2002 sólo dejaron nueve muertos y un guía de montaña sin licencia y con prisión en suspenso. El hecho, que esta vez claramente no se trata de un off topic para este blog porque marcó un antes y después en lo que hace a la prevención de las salidas en la montaña –ya sea para hacer trekking, freeskiing o escalada-, encierra muchas historias por recordar, y tantas otras por contar. Pensamos en lo que soñaban vivir aquellos para los que la avalancha fue una trampa mortal, pero también en lo sueños que efectivamente pudieron concretar los sobrevivientes, que murieron un poco con sus compañeros o alumnos que quedaron atrapados.
Los hechos son bastante conocidos, y para el que no los conozca o quiera repasarlos, nuestro amigo Mauricio García posteó una excelente nota en su blog Esquí Patagonia, con links varios a notas de la época y, sobretodo, con la reflexión compartida de que, fuese cual fuera la historia de cada uno de los protagonistas, lo importante es no olvidar.Mucho se habló también de la actuación y el grado de responsabilidad de Andy Lamuniere, el guía de montaña a cargo de aquella salida, quien también fue arrastrado por la avalancha pero pudo salir y colaborar en el rescate. Esta nota tampoco pretende tomar partido ni hacer apología por alguna postura. Sin embargo, fueron muchas las horas de charla al respecto con amigos, en la Patagonia, en la Ciudad, y sí creemos insoslayable compartir un punto de vista que, hace ya algún tiempo, expresó nuestro amigo Gabriel Albano con su Carta Abierta a Lamuniere; la misma fue publicada en su momento por la revista Al Borde y hoy, con permiso expreso del autor y del destinatario de la misma, reproducimos –en forma extractada- aquí:
"Bariloche - 5 de Mayo del 2005
Querido Andy
(...) Justo 2 días antes de la sentencia, te crucé en la calle y nos saludamos, pero luego de darte un abrazo, desearte “fuerzas” y tener ganas de conversar un rato, me dí media vuelta y me alejé, ya que no pude soportar en el pecho el dolor que estarías sintiendo y que me transmitiste en la mirada y en tu frase ”estoy en el trecho final”. Mil disculpas, no estuve a la altura de un “fuerte” como vos, que al igual que los familiares de las víctimas, están aguantando ese peso, del que no puedo ni siquiera comenzar a percibir.
Hoy amanece en Bariloche, a casi apenas 12 hs de escuchar la sentencia. Como integrante de esta sociedad, representada por un jurado, la sensación de Injusticia que tengo es demoledora. Desde mis humildes experiencias, me veo calcado en vos y en tu situación de líder con un grupo, en innumerables veces como docente en el área de Vida en la Naturaleza y Educación Ambiental en travesías y campamentos.
Centenares de solitarias oportunidades, me han llevado al fondo de los valles y lagos, a muchos filos y porque no a varias cumbres, para intentar responderme muchas preguntas.
(…) Es Importante para muchos subir una montaña; pero es Imprescindible también saber para qué. La eterna discusión de las Cumbres cargadas de Soberbia o las Cumbres cargadas de Humanidad. Alguna vez leí que la Soberbia es hinchazón; y lo hinchado parece grande, pero en realidad, es que está enfermo. Nadie mejor que un buen docente sabe lo que es la utilización del recurso como recurso y no como un fin. Esto que parece tan obvio, muchas veces se confunde.
(…) Intuyo humildemente y con tu permiso, tu intención y vocación en lo que hacés. Estuve los primeros tres días en el rescate de la avalancha, interactuando como voluntario con el grupo que me toco en cuestión. Percibí como tantos otros al recorrerla, un bosquejo de lo que habrá sido semejante situación para ustedes. Me pregunté una y mil veces sin respuesta, que fue lo que vivieron todos, que fue lo que habrías vivido vos desde la óptica y sensibilidad de tu vocación. En la intimidad de mi propio juicio, viendote víctima y responsable, intento buscar una respuesta, tal vez porque me identifico como víctima y responsable.
Hoy la pregunta es por qué? Por qué lo Importante le quita paso a lo Imprescindible? Ha sido sumamente Importante todo lo ocurrido y las consecuencias que trajo aquel suceso, que sin lugar a dudas, estaba bajo tu responsabilidad. Es sumamente Importante brindarle explicaciones de todo tipo y hasta el cansancio, a los seres queridos de esas víctimas, acompañándolos en su interminable dolor. Esas víctimas que tanto habrás llorado también en tu soledad. Es por demás Importante, conocer con la mayor exactitud posible, por que se desencadenó esa avalancha desde lo técnico y el grado real de Tu responsabilidad.
Es muy Importante también atenerse a derecho. Todo eso, es y será, muy Importante.
Sin dudas.
Pero era Imprescindible atenerse a derecho bajo una figura jurídica justa y proporcional al tiempo y lugar en directa relación a la Actividad, Intención y Vocación que competía éste caso. Era Imprescindible también comprender las objetividades subjetivas y las subjetividades objetivas, con que se puede analizar, pensar, sentir y juzgar un caso tan particular y sin precedentes, donde el umbral de responsabilidad tiene un techo que divide y aleja las lecturas del marco urbano al del montañés, del turístico al del pedagógico, un techo que separa los análisis de riesgos técnicos, de los de la intención y la vocación.
Era sumamente Imprescindible que la sociedad, representada por un Jurado, comprendiera que la responsabilidad penal final y total, no estaba en un hombre. Un hombre que llamado por su Intención y Vocación, se mezclaba en un Proyecto Educativo y había sido elegido, aceptado y concursado para ello.
Era Imprescindible que la Sociedad, representada por un Jurado, no tuviera la necesidad de hacer notar en la sentencia, que Vos no te habías mostrado dolido ni arrepentido en el transcurso del juicio por las víctimas de una avalancha, que también sufriste en carne propia, que paradoja. Era Imprescindible ver que los costos que Vos pagarías en vida y bajo condena por tu porción de Responsabilidad, los pagarías solo porque no te fuiste con ellos en cuerpo y alma en aquel minuto de descenso vertiginoso.
Era Imprescindible mostrar el sólido atenuante del rol Pedagógico y Humano a la par de lo Técnico, que la actividad en la naturaleza tiene desde una perspectiva docente llevada de la mano en contenidos y objetivos de noble Intención. Para éste suceso, era Imprescindible rescatar lo Imprescindible, por sobre lo Importante. Nadie justifica muertes por el reconocimiento de lo Imprescindible.
Pero nadie debía ser condenado “en exceso” por la sola visión de lo Importante.
De lo muy Importante. Lo Pedagógico y Humano fue superado y anulado por lo Técnico, mostrando una lectura parcial de esa porción de Responsabilidad. Estuve presente en la lectura de la sentencia y la escuché atentamente. Es por ello que desde mi condición de integrante de la sociedad, representada por un Jurado, quisiera hoy si pudiera tener la posibilidad de darle a los Padres y familiares de las víctimas todo lo más Importante que estuviera a mi alcance, para aliviar su pena, para comprender el destino, para encontrar las causas verdaderas, para hacerme eco de su dolor. Entiendo también que la Sociedad hoy por hoy está lejos de poder colaborar con semejante intento de asimilación del destino de los demás. A todos ellos y en el nombre de mi hija, mis profundas condolencias y un abrazo eterno.
También desde mi condición de integrante de la sociedad, representada por un Jurado, necesito brindarte algo a vos que siento como Imprescindible: un profundo pedido de disculpas, por lo que hoy te toca vivir y por lo cual me siento en parte responsable por formar parte de aquella sociedad, representada por un Jurado, que te cobra una pena en exceso e injustificada en mi íntimo juicio, no solo en cuerpo, sino también en alma y para siempre.
Ojalá en el futuro, las personas de la sociedad sean quienes sean, de cualquier Poder, Profesión, Asociación o Condición, podamos volver a mirarte a los ojos sin sentir remordimiento por el inmerecido costo que estás pagando por tu Intención y Vocación.
Ojalá en el futuro, lo muy Importante no vuelva a quitarle paso a lo Imprescindible. Un fuerte abrazo,
Gabriel Albano"

(Crédito fotos: EFdeporte.com & La Nación.com)

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